Como suelo hacer, abandone el blog. Principalmente por la facultad, más bien por las exigencias de la facultadad. Y digo principalmente porque probablemente el "winning eleven" también colaboro con el abandono. La prioridad 1 es una monografía para literatura. Es el 2do parcial, pero no como normalmente se rinde, en vez de cierta cantidad de preguntas en cierto tiempo, tenemos que hacer una monografía, o mejor dicho un trabajo escrito final. Para tranquilizar a todos los ingresantes el titular de cátedra aclaro que como es el 1er trabajo escrito, son tan malos que nadie aprueba. Escépticos a las inspiradoras palabras le estamos poniendo huevos a esta porquería.
Sobre la hora, cuando ya había avanzado considerablemente (en cantidad, no calidad) noté (la mañana del 13/9) que me falta incluir una de las opcionales bibliografías obligatorias. Tenía que separar la monografía como cortar un pan ponerle el relleno para un "sanguche". Pero ese no fue el mayor problema, resulta que la bibliografía mas conveniente era un libro de 270 páginas que no había leído, ni tenia. Aun ese no era el mayor problema, el libro es tan particular que no esta ni en Internet ni en los compartidores de archivos (tipo Ares).
Solo tenía una opción (cuando hay una sola ¿esta bien llamarla opción?), conseguir el libro como sea, "picarlo" lo más rápido posible y terminar la monografía. Me prepare. El día inspiraba, inspiraba una siesta. Mucha humedad y una garua rompe bolas. En esas condiciones me prepare para ir a la biblioteca de plaza Rocha. Esquivando pocas de las baldosas flojas que minan las veredas logre llegar a mi destino.
Cuando entre a mi departamento, después de haber vuelto de la biblioteca, les comente, a mi compañero y a su madre, que estaba de visita, lo que me había enterado. Hoy, osea el 13 (que cayó jueves, y no martes o viernes), el 13 de septiembre es el día del bibliotecario. Por un puto decreto, la biblioteca estaba cerrada al publico.
¡Feliz día bibleotecarios!
Sobre la hora, cuando ya había avanzado considerablemente (en cantidad, no calidad) noté (la mañana del 13/9) que me falta incluir una de las opcionales bibliografías obligatorias. Tenía que separar la monografía como cortar un pan ponerle el relleno para un "sanguche". Pero ese no fue el mayor problema, resulta que la bibliografía mas conveniente era un libro de 270 páginas que no había leído, ni tenia. Aun ese no era el mayor problema, el libro es tan particular que no esta ni en Internet ni en los compartidores de archivos (tipo Ares).
Solo tenía una opción (cuando hay una sola ¿esta bien llamarla opción?), conseguir el libro como sea, "picarlo" lo más rápido posible y terminar la monografía. Me prepare. El día inspiraba, inspiraba una siesta. Mucha humedad y una garua rompe bolas. En esas condiciones me prepare para ir a la biblioteca de plaza Rocha. Esquivando pocas de las baldosas flojas que minan las veredas logre llegar a mi destino.
Cuando entre a mi departamento, después de haber vuelto de la biblioteca, les comente, a mi compañero y a su madre, que estaba de visita, lo que me había enterado. Hoy, osea el 13 (que cayó jueves, y no martes o viernes), el 13 de septiembre es el día del bibliotecario. Por un puto decreto, la biblioteca estaba cerrada al publico.
¡Feliz día bibleotecarios!
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