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La llave

-Hora de tomar mates. Pero mates solos no. Algo para comer también. Bizcochos supongo. Antes de salir chequeo: en este bolsillo el teléfono, en este la plata y en este... la llave no está. Menos mal que me "tantié" antes de salir ¿Qué hice mis llaves? Cuando las saco del llavero, las pongo en mi bolsillo y de ahí a la cerradura, salvo circunstancias extraordinarias no va más allá de esos tres lugares. Si estoy acá adentro quiere decir que las use para entrar. Entonces las llaves tienen que estar adentro ¿Qué hice cuando llegué? Creo que fui al baño ¿Habré llevado la llave? No me acuerdo ¿Habré ido al baño ni bien llegue? Lo cotidiano es casi irrecordable. Por otro lado, los recuerdos suelen no ser más vividos que algunos sueños ¿Por qué habrían de ser más reales? ¿Cómo esas borrosas ideas en forma de imágenes en mi cabeza pueden corresponderse unívocamente con lo que alguna vez fue la realidad? Y si las cosas que recuerdo pueden no corresponder a la realidad ¿Cómo creer que las cosas que no recuerdo existen? Y yo soy lo que soy por lo que creo recordar. Solo puedo ser ahora, y ahora soy así porque creo que ciertas cosas me pasaron y me hacen actuar así ¿Y si nada de eso fue? ¿Y si yo soy antes de recordar e invento los recuerdos como consecuencia de ser así? ¿Si los recuerdos fueran consecuencia de mi "yo" y este fuera totalmente trascendental e instantáneo y generara los recuerdos para autojustificarse?
Los recuerdos se pueden generar artificialmente. No hace falta que algo haya sucedido para que sea recordado. Algunas veces creé recuerdos, o los recuperé, o los recordé al ver fotos viejas o escuchar anécdotas- ¿Por qué algún recuerdo debe tener alguna remota relación con la realidad? Uno creería que es como es por las cosas que le pasaron. Imposible. La única cicatriz psíquica queda en forma de recuerdo. No somos como somos por las cosas que nos pasaron, a los sumo por las cosas que recordamos que nos pasaron, más aún, por las cosas que creemos recordar que nos pasaron ¿Y si creemos recordar cosas que nos pasaron para autojustificar nuestras forma de ser? Solo soy ahora, y ahora soy así, y para ser así tendría que creer que recuerdo estas cosas que me pasaron. Ser, entonces, es crear y creer ciertos recuerdos. No. Las cosas son y no creen recordar ¿Y la gente con amnesia? Es lo mismo que la gente sin amnesia, solo que necesita crear menos recuerdos, con recordar que se tiene amnesia se tapan varios huecos. Tal vez no.
Estas ideas necesitan más reflexión. Las tendría que charlar con alguien o ponerlas en escrito. Le mando un mensaje al Oso para tomar unas birras y charlarlo. Acá estaban las llaves ¿Qué harían en el bolsillo del teléfono? ¡Qué hambruna! La pregunta ahora es: ¿salados o dulces? Y la respuesta es demasiado obvia.

¿Estrofa y microrelato?

Allí está; silenciosa ella,
como tímida doncella,
besa su entreabierta boca,
cual si dudara le toca
por ver si respira aún.
Entonces las ataduras,
que sus carnes roen duras,
corta, corta velozmente
con su puñal obediente,
teñido en sangre común.



La Cautiva, Parte tecera; El puñal. Esteban Echeverría.

Ni tampoco sé que tiene que ver la ley, la razón y el pulpo con la fragilidad del ser humano.

Yo no sé que tiene que ver la ley, la razón y el pulpo con la fragilidad del ser humano. Quizás todo, quizás nada, pero a Grace la conmueve una ley que no tiene más razones que impedir la existencia de seres humanos que no le tengan miedo a la muerte. Como si la muerte fuera peor que una vida miserablemente vivida. ¿Qué tiene que ver el pulpo? Nada, pero todo indica que hay que ir contra la religión del capital.

Hola, ¿Marta? Ah, querida sos vos, te confudí. ¿Cómo andás querida? ¿Está tu madre?
Pasame querida. Bien, bien. Sí, espero.

Hola, ¿Marta? Graciela te habla ¿Cómo andas?
¿De viaje? ¿A dónde decís?
Ahá, qué lindo Europa ¡Marta eso es un lujo! ¿Con Ricardo?
Y sí ¡Qué pregunta la mía!
Ah, qué bien, mira vos. Marta qué lindos regalos te hace Ricardo, eh.
¿Yo? Acá ando, bien. Te llamaba nomás… Sí, miraba la novela ahora, está en el corte. ¿Y a donde decís que van a ir?
Justo ayer mirábamos una noticia con Rubén, sobre Francia. Quieren hacer una ley para que las musulmanas no puedan ir a la escuela con el pañuelo ese… ¿Viste que se tapan la cara?
No, claro. Las chicas no quieren sacarselo. Qué bárbaro ¿eh?
Ah ¿vos también viste la noticia? Un escándalo. Sí, sí una barbaridad, Marta.
¡Claro! Eso mismo dijo mi marido ayer mientras miraba la tele.
Yo te digo Marta eso es por el miedo. El terror que tenemos a la muerte. Y yo me dije “Gracielita prestá atención: cuando dicen terrorismo hablan del terror a la muerte.” De uno mismo, ¿se entiende, no?
Claro… Ah ¡Qué barbaridad!
Y no más vale. ¿Qué van a hacer, pobrecitas? No se puede hacer nada… Ah ¿sí? ¿Se puede hacer algo, decís vos? ¿Y qué?
Ahá, pero eso no tiene nada que ver, Marta.
Ah, mirá vos qué ingenioso, qué imaginativo. Prohibir ropas de marcas… ¿A quién se le ocurre?
Qué buena idea esa Marta.
Ah ¿Tenés que cortar? Bueno, dale. Chau. Andá a atendelo tranquila a Ricardo nomás. Dale chau, chau, Marta. Llamame cuando te desocupes.
Si ella lo dice, por algo será. Esta vez divagado por T.

Tácito.

Siguiendo un poco con la linea de un post anterior (link) recorde una frase que nos acerco un excelente profesor de latin, detallada y traducida abajo. Primero el contexto. Esta es una frase del libro Agricola (De vita et moribus Iulii Agricolae) de Tácito (historiador romano), y el historiador la pone en boca del otro, del bárbaro:

"Auferre trucidare rapere falsis nominibus imperium, atque ubi solitudinem faciunt, pacem appellant."


"A la rapiña, el asesinato y el robo los llaman por falso nombre imperio y dónde crean un desierto, lo llaman paz."

La conciencia de Tácito sobre la situación que lo rodeaba, sobre el imperialismo de su sociedad, sobre los vicios de esta es sublime.